Dos cosas narrables

Zürich, 8 de junio de 2011

Hoy hice un experimento: me puse a cantar con el Ipod sobre mis pistas… por la calle… en el Tram. Estaba repasando los tangos de mi repertorio porque no me los acordaba, con más emoción que entonación.

Esta gente va en absoluto silencio, salvo alguna horda de adolescentes o algún niño caprichoso, todo es silencio en esta ciudad.

En el viaje me pasaron dos cosas narrables: una es que cuando me bajé, con mis auriculares puestos y canturreando no muy alto pero tampoco bajitito… unas chicas de unos 14 años, desde el Tram que se iba y del cual me había bajado, me miraron con cariño y… ¡Me saludaron con la mano!!!!!!!!!!!!

La otra es que estaba parada esperando el Tram siguiente al lado de donde paraban los autos por el semáforo y de pronto me hablaron en argentino! …Una pareja en una casa rodante, de Bariloche eran… charlamos 3 segundos…increíble.

Fue una experiencia muy rara: gente que me mira de reojos… gente que me sonríe… gente que se sienta cerquita… gente que se aleja… gente que vive en silencio y de golpe, redescubren un poquito de música… raro todo… muy raro.

Sumale que hace un día gris espantoso y llovizna… y cantate un tango.

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